Contenidos digitales que fortalecen las representaciones culturales

Autora

Natalia Restrepo Saldarriaga

Comunicadora social, magister en comunicaciones con experiencia en conceptualización, desarrollo y coordinación de contenidos digitales culturales y educativos. Actualmente productora general de la Estrategia de Apoyo a la Formación Musical ‘Viajeros del Pentagrama’ del Ministerio de Cultura, la Fundación Nacional Batuta y la Organización de Estados Iberoamericanos -OEI-. Participó en la Estrategia Digital de Cultura y Primera Infancia, Maguaré; en la conceptualización y gestión de la red de radios públicas, universitarias y comunitarias del Ministerio TIC, REDial Colombia, fue directora del laboratorio hipermedia de la Universidad de Antioquia, Altaír. Es docente de estrategias de comunicación digital en posgrados en comunicación y narrativas digitales, asesora de tesis de grado de especialización y maestría y autora de módulos de comunicación digital estratégica para posgrados virtuales. Miembro de la Red de Humanidades Digitales de Colombia y del Semillero de Humanidades Digitales de la Biblioteca Nacional de Colombia.

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Contenidos digitales que fortalecen las representaciones culturales

Hace unos 10 años se desarrollaba en Medellín, Colombia el proyecto Mi Llave Iniciativa de Trust for the Americas, organización sin ánimo de lucro cooperante de la OEA, en conjunto con Microsoft y con el apoyo de la Alta Consejería Presidencial para la Reintegración y Microempresas de Antioquia. (Poeta era su nombre en otros países), se trataba de un programa de alfabetización digital que tenía como propósito formar en competencias digitales básicas a poblaciones en situación de vulnerabilidad: personas reinsertadas de grupos armados al margen de la ley, desmovilizadas de otros grupos que se habían acogido a un proceso de desmovilización y población receptora de los grupos anteriores. Esas poblaciones estuvieron llegando a la ciudad de Medellín luego de estar por muchos años en “el monte” - como se dice en Colombia -, la mayoría de ellos no conocía un computador o un celular, herramientas que eran necesarias casi para cualquier empleo que les permitiera reinsertarse en la sociedad de una forma productiva. Mi paso por ese proyecto me permitió entender que las representaciones culturales de cualquier persona ahora estaban pasando por lo digital, en especial porque descubrí que ellos, aunque llevaban poco tiempo en la ciudad, ya tenían perfil de Facebook. Ya sus vidas eran públicas y era a través de esa red social digital, que ellos se reencontraban con otros, publicaban fotos de lo que era su nueva vida y hacían redes con otras personas para efectos laborales o sentimentales.

Entre tanto, hace 10 años, el Ministerio de Cultura de Colombia se estaba preguntando cuales eran los alcances de lo digital en la cultura. Se redactó la primera política de Cultura Digital que definía la cultura digital como las relaciones que se construían entre las personas por medio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con las siguientes líneas: Modernización del Ministerio, Desarrollo de sistemas de información, Difusión masiva e interactiva de la gestión y fomento a la cultura digital. En 2014 se hizo otro intento de redacción de una política, esta vez el enfoque eran los derechos culturales, con los siguientes principios: Creación de contenidos desde y con las TIC, diversidad insumo y propósito, participación en sentido deliberativo, propiedad intelectual y acceso libre a la cultura. Esta política además se construía en el marco del nacimiento y auge de proyectos digitales del Ministerio de Cultura que marcaron un giro en lo que el sector de producción y los ciudadanos pensaban que era lo que el Ministerio hacía por la cultura en lo digital. Esos proyectos son la convocatoria para la creación de contenidos digitales con enfoque cultural y educativo: Crea Digitalhttp://www.mincultura.gov.co/areas/comunicaciones/cultura-digital/Paginas/default.aspx y la Estrategia Digital de Cultura y Primera Infancia: Maguaréwww.maguare.gov.co. Ambos proyectos han propiciado el surgimiento de otros que reconocen el alcance de lo digital para llegar de formas eficientes a la mayor cantidad de población posible.

En 2017 nos encontramos de nuevo de cara a la construcción de una nueva política de cultura digital; en la que la perspectiva es lo que el Ministerio de Cultura le dice al país acerca del impacto y alcance de lo digital en la cultura. En ese camino los principios son: diversidad, participación, innovación, innovación social, inclusión social, autonomía y autodeterminación, derechos culturales y neutralidad de Internet. No es de extrañar que una entidad del orden nacional, que rige los asuntos culturales le dedique tiempo y recursos a la construcción y actualización de una política en el tema digital, para nadie es un secreto que la vertiginosidad con la que lo digital se ha estado insertando en la sociedad y en la cultura, cambia las reglas de juego con excesiva frecuencia. Eso precisamente es lo que genera una hipótesis muy interesante:

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Las representaciones y el reconocimiento cultural de los pueblos son dinamizados con el mismo desenfreno que la tecnología evoluciona.

Esa misma vertiginosidad propicia que las condiciones de acceso a la cultura a través de lo digital cambien permanentemente, Colombia es un país que le ha invertido a la conectividad, al acceso y, más recientemente, a los contenidos. En términos de conectividad y globalización Índice Global de Conectividad 2017, DHL.Colombia ocupa el lugar 88 en el índice mundial. En relación con otros países de Latinoamérica, Colombia está por encima de Nicaragua (90), Argentina (102) y Ecuador (107); y por debajo de Panamá (42), Chile (53) y Brasil (57), de acuerdo con la Revista Enterhttp://www.enter.co/especiales/colombia-conectada/colombia-ocupa-puesto-88-en-escalafon-de-conectividad-y-globalizacion/. Además, en 2017 el 32,8% de la población en Colombia tiene una suscripción a Internet, las velocidades con más suscriptores en el servicio de banda ancha fija son de 5 Mbps y 2 Mbps. Las suscripciones al servicio de Internet móvil pasaron de 5,7% en 2010 a 63% en 2017.

Para nadie es ajeno que en pocos años la comunicación ha tenido una evolución impetuosa que ha cambiado drásticamente la forma en que interactuamos con los demás, así como la forma en que el Estado y las Instituciones se comunican con sus públicos. Uno de los cambios fundamentales y de mayor impacto es que los públicos ya no son mudos y pueden opinar, crear, editar y hasta contradecir lo que los medios de comunicación y las instituciones quieren comunicar a los ciudadanos. Pero más allá de esto, ya los ciudadanos están más empoderados que nunca para crear contenidos que den cuenta de sus realidades y de lo que son sus representaciones. El papel del Estado en términos de contenidos culturales se fortalece como ente que apoya los procesos de creación de contenidos desde lo digital, es ahora que toman fuerza los principios sobre los que se está construyendo la política en 2017: participación, inclusión social, autonomía y autodeterminación.

Con la toda la información del mundo en el bolsillo lo que realmente define las dinámicas comunicativas de la sociedad actual son las interacciones y los usos de, y a partir de, tanta información. Las redes sociales, entonces, entran a ser protagonistas de los fenómenos de circulación de los contenidos y sobre todo, una herramienta para la construcción de contenidos de formas horizontales y colaborativas. Sin embargo, es necesario recordar que:

Internet era inmenso hasta que las #RedesSociales lo hicieron ínfimo, sólo seguimos a quienes están de acuerdo con nosotros.

Todos los fenómenos comunicativos que acompañan las nuevas formas de interacción y creación de contenidos vienen siendo propiciados desde la llegada de la web 2.0, que le ha dado la voz a todos y la que ha propiciado que a Internet no se le conozca más como ‘Medio de Comunicación’ para ser considerada como una plataforma de medios, plataforma de plataformas o plataforma de contenidos, de formatos y de interacciones. Se conoció una nueva Internet, una que democratiza el acceso a la información y la producción de contenidos generados por los usuarios. García (2015) afirma que Internet promueve las siguientes características que definen las nuevas formas de interacción que permite la web: Intercambio directo, colaboración, personalización, formas de intercambio comunitario e interactividad.

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En términos generales, las características de la web 2.0, que vienen determinando las formas de hacer y representarse de los ciudadanos, pueden resumirse en una frase de García (2015): “El principal factor del cambio de paradigma reside en la interactividad, que altera el modelo unidireccional del flujo comunicativo tradicional, proporciona a las audiencias mayor variedad de opciones en la elección de los contenidos y les permite participar activamente en el proceso de producción”.

Hoy entendemos que la relación entre lo digital y la cultura no está determinada por la tecnología, por el contrario, promovemos el principio de que lo que tiene valor son los contenidos y las interacciones que ellos generan y no los dispositivos o tecnologías en que se consultan o producen. Esto ha requerido de una constante revisión, pues los fenómenos que resultan de esa simbiosis Comunicación + TIC + Cultura son dinámicos y permeables desde las relaciones sociales, la participación ciudadana y las tendencias del mercado. También lo son desde los aprendizajes que se gestan del desarrollo mismo de los proyectos con las comunidades y, muy importante, desde las conclusiones y los acuerdos que se comparten con los sectores académicos involucrados para la evaluación de las iniciativas institucionales.

Los procesos de intervención en un país tan diverso como Colombia, han requerido de dinámicas y metodologías puntuales y a la medida en cada una de las comunidades, encontrando que las formas de producción de contenidos, las necesidades de comunicación y las dinámicas de narración son atravesadas por las particularidades socio – culturales de cada región, lo que deriva no solo en proyectos exitosos en los que las comunidades encuentran en las dinámicas de producción digital, horizontal e interactiva, originales formas de narrarse que los representan desde la base, sino en aprendizajes que más allá de replicarse, son inspiradores para otras regiones.

El Ministerio de Cultura de Colombia a través de sus proyectos de cultura digital favorece, desarrolla, articula y fomenta los contenidos digitales con fines de representación y reconocimiento cultural, en las siguientes líneas:

Fomento a la producción

A través de las convocatorias de estímulos del portafolio del Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura se favorecen procesos de creación de contenidos digitales con fines culturales, con una beca anual para el desarrollo de proyecto de narración transmedia para audiencias entre 12 y 15 años con énfasis en lectoescritura. Además la convocatoria Crea Digital, que en asocio con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia, otorga recursos económicos a productores de contenidos digitales con el objetivo de impulsar la industria de la producción de videojuegos, libros digitales y series de animación. Además de fomentar la industria, Crea Digital tiene por objetivo enriquecen las parrillas de contenidos y programación de las plataformas públicas de circulación de contenidos.

Conservación y circulación

El Ministerio de Cultura de Colombia cumplió en 2017 20 años, antes era Colcultura, un Instituto adscrito al Ministerio de Educación Nacional. Desde ese entonces el Estado ha fomentado y producido contenidos culturales que son hoy parte de nuestra memoria cultural. El Ministerio decidió digitalizar ese acervo y ponerlo “público para el público”, fueron contenidos creados con recursos públicos y que dan cuenta de un sinnúmero de representaciones culturales muy propias. Se creó entonces el Banco de Contenidos http://bancodecontenidos.mincultura.gov.co/ , un portal que aloja videos, programas radiales, colecciones fotográficas, videojuegos, libros electrónicos y todos los contenidos realizados con apoyo de los recursos del Ministerio de Cultura. En el Banco de Contenidos, los ciudadanos, los medios de comunicación públicos, comunitarios y universitarios pueden descargar o solicitar copia de los contenidos para que circulen en sus medios y enriquezcan las parrillas con contenidos de calidad.

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Proyectos propios

El Ministerio cuenta con una serie de contenidos y aplicaciones digitales al servicio de los ciudadanos. Desde la mayoría de las áreas se desarrollan productos digitales entre los que se encuentran: