Aspectos relevantes de la cultura digital
Las Tecnoculturas, particularmente las redes sociales en Internet y el uso de telefonía celular, pueden comprenderse como plataformas que modifican la idea de participación social y sentido de pertenencia en nuestra contemporaneidad, lo que debe considerarse muy especialmente en la formación de nuevos públicos. ¿Por qué? Porque las Tecnologías de la Información y la Comunicación son una herramienta de reproducción viral de la información, de generación de participación y pertenencia social en el ámbito de las Tecnoculturas para la formación de nuevos públicos. No queremos decir que esto implique la implementación de acciones y estrategias en este tipo de medios digitales mencionados que respondan a una forma tradicional, como por ej. el envío de e-mails, SMS, o la creación de grupos en Facebook. Esta forma tradicional implica una relación directa con la publicidad y la difusión de la información, es decir, el énfasis está colocado en la actividad del emisor. Lo que debe plantearse es un enfoque que se centre en la actividad del receptor, en los términos de lograr generar participación y sentimiento de pertenencia, a través de la creación de aplicaciones, software específico, y la implementación de acciones y estrategias, con el fin de incrementar y fomentar nuevos públicos para las actividades culturales.
Debemos señalar primero que nada, y tomando como objeto de estudio Facebook, el crecimiento que se ha dado en Argentina -en tanto que red social- es sumamente significativo. Según datos de la Consultora D’Alessio IROL 7 de cada 10 internautas son usuarios de redes sociales Este reporte se basa en la Investigación ongoing El usuario de Internet, ®, que realiza D’Alessio IROL junto al Grupo Clarín desde el año 2001. . Es decir que Facebook representa una instancia de vida social y pública, que está íntimamente relacionado con las nuevas formas de vínculo y sentido de pertenencia que habían comenzado como proceso la utilización del celular y el e-mail mayormente, en términos de ejercer la vida social y cultural “on-line”. Al mismo tiempo esto genera una nueva forma a través de la cual participar en nuestra sociedad; de esta manera se hace posible el vínculo entre personas que quizá en el espacio físico no se hubieran podido relacionar: la red social amplía y extiende el espacio físico y, sobre todo, el espacio público. La plaza, en nuestra contemporaneidad, se transformó en Facebook y Twitter.
La forma vincular en Facebook se da en términos de generar “amistades” entre las personas. Rescato la palabra amigo, ya que tiene asimismo una acepción distinta en cada caso utilizado en lo expuesto, pero fundamentalmente y en términos simbólicos refiere a una cultura del vínculo. Por otra parte, también rescato los elementos de la tecnocultura como Facebook, ya que permiten comprender también una instancia de conexión que funciona como constelación y, al mismo tiempo, como una forma viral de reproducción de la información. La actividad del usuario frente a distintos mensajes en la red social posee una lógica de reproducción de mensajes a otros usuarios, y así ad infinitum. Es decir, la información se propaga como un virus -un virus benigno en pos de la vida social suponemos- que une y genera un sentido de pertenencia muy fuerte, y nos hace participar.
10Esto nos plantea la importancia de pensar las Tecnoculturas, sobre todo las redes sociales, como herramientas de importancia para la implementación de acciones tendientes a generar participación y sentido de pertenencia en vínculo directo con las actividades culturales. De allí que el concepto “Tecnocultura” nos permita pensar la formación de nuevos públicos, la generación de nuevas utilidades y propiciando al individuo el acceso a la cultura.
En este sentido es necesario señalar que la Pintura, ha logrado generar galerías virtuales, tal es el caso de AbsoluteArts (www.absolutearts.com/) o el proyecto Google Art Project. La Música, tanto lo que respecta a los formatos de “demo online” como lo es MySpace, o bien plataformas de comercialización discográfica como iTunes, han logrado un mayor acceso y al mismo tiempo un incremento en ventas. No hay que dejar de mencionar el uso popularizado de plataformas como Spotify. Por otro lado el Cine, ha conseguido también un vínculo fuerte con Internet, a través de plataformas de visualización online, alquiler y venta de películas como el caso de Jaman (www.jaman.com); o la más conocida como Netflix; o el caso argentino de Cine.ar Play; o bien formatos de promoción, trailers, exhibición de cortometrajes y “home movies”, etc. como es el caso de YouTube, aunque también esta plataforma comercializa contenidos en alquiler. Todas ellas –y sin mencionar el caso la Televisión y la Radiofonía- presentan al mismo tiempo un problema importante en la forma que se consumen a través de la World Wide Web ya que ponen en conflicto las nociones de Derecho de Autor, y los Derechos Individuales de acceso a la Cultura antes expuestos. El Teatro, en tanto, particularmente está exento de este problema por no poder reproducirse técnicamente, aunque se han desarrollado proyectos como Teatrix, plataforma que busca ofrecer “contenidos” teatrales registrados en video.
Tensiones entre el sedentarismo cultural y el nomadismo cultural
Cada uno de los casos planteados en lo precedente, implica un canal tanto de comunicación, como de comercialización, lo que pone de relieve su carácter industrial, es decir, la generación de utilidades a partir de plantear el arte tradicional como una mercancía, en el ámbito de las nuevas tecnologías. Por tanto deberían considerarse los procesos socioculturales que, no menos importante para el cine, han implicado las evoluciones tecnológicas en la producción pero sobre todo en la exhibición, provocando transformaciones en las maneras de acceso a los bienes culturales. Es así que en los últimos años se ha consolidado la forma del sedentarismo cultural, que se define por el acceso a obras artísticas y espectáculos sin salir de casa, cuyo espectro va del libro a la película: acceder a una novela haciendo click en nuestro e-reader, o presionar el botón de encendido en nuestro control remoto del home theater.
11El sedentarismo cultural busca acceder a través del track pad, el mouse o el mando a distancia, a la experiencia de la producción artística. El Google Art Project (el museo en casa), Netflix (la sala de cine en casa) y Spotify (la discoteca en casa) evidencian las nuevas prácticas de acceso cultural en la era de las tecnologías de la información y la comunicación. ¿Y la experiencia de ver películas en salas de cine? La importancia de la exhibición en sala no debe descuidarse por supuesto, suponiendo que es otra oportunidad para que el ciudadano se conecte con otros ciudadanos, con artistas del cine, con productores, con asociaciones del sector, entre otros, enriqueciendo su vida personal y común; por supuesto toda gestión de la cultura digital debe acompañarse con el fomento a la asistencia en las salas de cine.
Por su parte el nomadismo cultural se caracteriza por un acceso a los bienes culturales atravesados por la materialidad de la obra y el uso del espacio físico, la experiencia del espectáculo público, la conciencia colectiva de una audiencia anónima. También su espectro va del libro a la película: el acceso a textos entregados por el bibliotecario tras la consulta sobre un tema de lectura, o esperar a que la sala oscurezca para que comience el film junto al resto de los asistentes cuya identidad ignoramos.
Ya no encontramos en un mismo sitio el arte o los espectáculos sino que tenemos que salir de casa para ir a su encuentro, buscando los diferentes espacios donde tengamos acceso a ellos. El nomadismo cultural evidencia una práctica que cambia el lugar de acceso con frecuencia, y que divide con claridad el espacio público del privado.
Pero es de destacar, que un rasgo particular de los cambios culturales resalta en la relación directa que existe entre las formas del cine-club, el video-club y los foros cinematográficos en internet. La vinculación entre personas que comparten un gusto estético en el ámbito del cine-club muy popular en la década del 60’ devino en la década del 80’ en la forma del video-club, donde la socialización se atomizó en los barrios, en el video-club de la cuadra, donde los vecinos generaban vínculos estéticos a través del alquiler de películas para-ver-en-casa. Un principio del sedentarismo cultural. En nuestros días la vinculación se da en términos virtuales a través de plataformas digitales de debate e intercambio de enlaces de descarga de películas, atomizando aún más el gusto estético y globalizándolo.
En materia de política cultural, pensar esta tensión entre el sedentarismo cultural y el nomadismo cultural permite considerar al ciudadano como centro de las decisiones a tomar por el Estado.
La gestión del patrimonio audiovisual en la era digital
En el caso específico de la industria audiovisual, podríamos afirmar que se caracteriza en nuestros días por la gestión de ‘plataformas’ y ‘contenidos audiovisuales’ y no tanto por la de ‘medios’ y ‘canales’ como lo fuera hasta el decenio anterior. Por tomar un ejemplo, la plataforma audiovisual “Youtube” logró posicionarse en el mercado principalmente gracias a la gestión de acuerdos estratégicos con productoras de contenidos, especialmente contenido de videos musicales o “videoclips”, disponiendo el acceso libre y gratuito para el usuario y generando utilidades a través de la publicidad. Se trata principalmente de acervos audiovisuales que han sido clave en el desarrollo económico de este sector de las industrias creativas.
12Atendiendo a las características que plantea la nueva era, debemos promover la innovación en la gestión patrimonial de manera de fomentar los emprendimientos de nuestro país en la economía global competitiva de este sector. La gestión del patrimonio cultural al extender su campo de acción al de otras producciones artísticas y simbólicas -trascendiendo la gestión tradicional centrada en las bellas artes- encuentra en el sector de la industria audiovisual una actividad en ascenso como lo es la preservación y la restauración digital.
Las industrias creativas son un sector clave de crecimiento de la economía, siendo fuente de generación de empleo y de ganancias de exportación. La planificación estratégica en la implementación de políticas de desarrollo y de innovación en la gestión del patrimonio cultural enfocadas a la industria creativa audiovisual es necesaria y al menos debería considerar:
- La formación de recursos humanos competitivos: en el caso de Argentina no existe ningún tipo de formación en preservación ni restauración audiovisual. En marzo 2017 el Ministerio de Cultura, INCAA y CINAIN realizaron por primera vez en Latinoamérica la más importante Escuela de Restauración Fílmica conjuntamente con FIAF (Federación Internacional de Archivos Fílmicos), Cineteca di Bologna y la Fundación de Martin Scorsese, que inicia un programa de capacitación de excelencia en restauración de imagen y sonido, con los principales expertos del mundo que enseñarán técnicas altamente especializadas. Cabe señalar que las principales restauraciones de películas a nivel mundial se realizan en el laboratorio de restauración de la Cineteca di Bologna, por lo que esta iniciativa significa contar con los más altos saberes técnicos en la materia a nivel global. En este camino en abril de 2018 daremos inicio a la primera cohorte de la Diplomatura en Preservación y Restauración Audiovisual (DiPRA) fruto de la asociación entre la Universidad de Buenos Aires y la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (CINAIN).
- La generación de empleo: al promover la formación de recursos humanos competitivos con la implementación de técnicas y la utilización de tecnologías de última generación, motivamos la innovación en las formas de organización del trabajo y en el ofrecimiento de servicios de preservación y restauración digital. En el caso argentino, es de destacar que actualmente empresas como Cinecolor y Gótika, entre otras, ofrecen en el sector servicios de restauración con clientes provenientes del continente americano, europeo y asiático. La formación de recursos humanos calificados, contribuiría al desarrollo de la actividad privada, como así también a los servicios que pudiera ofrecer por su cuenta CINAIN (Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional) como así también por medio de acuerdos con el sector privado. Por otra parte organismos como Radio Televisión Argentina, el Archivo General de la Nación o el Museo del Cine de la Ciudad de Buenos Aires, que requieren de personal especializado para las tareas inherentes a la gestión de archivos audiovisuales. Por último inmersos en la cultura audiovisual, empresas del sector y empresas no necesariamente parte del sector audiovisual requieren de personal que vele por la preservación de sus contenidos, desde canales de televisión cuyos archivos son fuente de emisión, como así también empresas que requieren el resguardo de documentación audiovisual institucional, etc.
- La comercialización de contenidos con foco en la exportación: la preservación y restauración audiovisual conforma el cuarto pilar de la cadena industrial audiovisual: 1) producción – 2) distribución – 3) exhibición – 4) preservación/restauración. La preservación y la restauración de los contenidos audiovisuales, permite volver a introducir en circuitos de distribución y ventanas de exhibición los productos audiovisuales. En el caso argentino, al no existir la CINAIN (Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional) y no haber políticas patrimoniales al respecto, el trabajo que tiene por delante el nuevo organismo es inmenso. Debe poner en valor más de 70 mil latas de fílmico (y cuantificar este material en cantidad de contenidos, dado que no hay datos al respecto porque nunca fue catalogado) y resolver la preservación de los contenidos digitales producidos en los últimos años. En enero 2017 INCAA y CINAIN reglamentaron un protocolo de entrega del material audiovisual que se produce con ayudas públicas, previendo la entrega de un soporte de preservación, que servirá para la generación de formatos específicos que se requieran para su comercialización. Al respecto es de destacar que datos aportados por las sociedades de gestión colectiva de derechos de autor en Argentina, señalan que ha habido una baja en la comercialización de los contenidos audiovisuales argentinos en el exterior, producto de la obsolescencia de los formatos en los que se encuentran, que no responden a los estándares internacionales. La adecuada preservación y la correspondiente restauración digital de los materiales audiovisuales, permitiría promover la comercialización de los contenidos y la exportación atendiendo a las normas y estándares de calidad internacionales previendo la rápida evolución de las nuevas tecnologías y su instrumentación.
Desafíos inmediatos en la gestión de la cultura digital
A modo de cierre, en materia de gestión de la cultura digital, deberían considerarse algunos desafíos existentes que se enumeran a continuación:
- Nuevas leyes de protección de los Derechos de Autor: para que tanto autores como empresas obtengan beneficios y los ciudadanos puedan acceder a los bienes culturales a través de las nuevas tecnologías.
- Internet también es un derecho: declaración del derecho de acceso a Internet como derecho humano para acortar la brecha digital e incluir en las tecnoculturas a los sectores más vulnerables de la sociedad.
- La gestión de los “países digitales”: para que las nuevas formas de comunicarse lleguen a todos los habitantes del país y permitan una relación más participativa entre ciudadanos en la gestión de intereses públicos.
- Nuevas leyes de fomento de la actividad audiovisual: que fomente la producción en todos los formatos tecnológicos, atienda especialmente la exhibición, y afiance la creación de un espacio audiovisual iberoamericano.
- Planes federales de formación de espectadores: para que los artistas gocen de un público más amplio y crítico y la población incorpore los hábitos culturales para mejorar su calidad de vida.
- Programas de promoción industrial para la industria del software y la generación de contenidos para internet.
- Leyes marco para la protección del patrimonio cultural e histórico.